Con motivo del “Día Internacional de la Mujer” desde la Unidad de Igualdad queremos hacer un breve repaso histórico de cómo hemos llegado a dicha celebración, pues todos y todas sabemos que cada año 8 de marzo se conmemora este día, pero, ¿por qué y desde cuándo?
Una de las primeras referencias se remonta a mediados del s. XIX, en plena revolución industrial, cuando el 8 de marzo de 1875, miles de trabajadoras textiles de la fábrica Lower East Side de Nueva York, decidieron salir a las calles para protestar por las míseras condiciones laborales, reivindicar recorte del horario y el fin del trabajo infantil. Esta huelga se convertiría en una de las primeras manifestaciones de la lucha por los derechos de la mujer, teniendo lugar posteriormente distintos sucesos y movilizaciones como la huelga de las camiseras de Nueva York de 1908, que daría lugar a que el 28 de febrero de1909 una organización de Mujeres Socialistas celebrara en EE.UU el primer Día Internacional de la Mujer, o el incendio de una fábrica textil en marzo de 1911 donde murieron más de un centenar de trabajadoras y obligó a cambios legislativos en las normas de seguridad y salud laborales y fue el detonante de la creación del Sindicato internacional de mujeres trabajadoras textiles.
Sin embargo, no sería hasta 1977 cuando la ONU reconocería oficialmente el 8 de marzo como el “Día Internacional de la Mujer”, para recordar la lucha de la mitad de la población mundial por una igualdad social, política y económica. La triste realidad es que, aunque hoy día obviamente hemos avanzado en derechos, se hayan desarrollado leyes como la Ley integral contra la violencia de género o la Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, todavía nos queda mucho camino por recorrer para lograr la igualdad real entre mujeres y hombres, pues incluso en las sociedades avanzadas como la nuestra, siguen existiendo el techo de cristal, el suelo pegajoso y la brecha salarial que condicionan la vida profesional de las mujeres, sin olvidar por supuesto la peor de las manifestaciones de la desigualdad como es la violencia de género.
Como cada 8M, desde la Unidad de Igualdad de la URJC querremos compartir el Manifiesto 8M2023 de la RUIGEU (Red de Unidades de Igualdad de Género para la Excelencia Universitaria), pues entendemos que “solo desde una educación universitaria libre de sesgos, podremos empoderar, efectivamente, a las mujeres en todos los ámbitos de la vida política, laboral y social. Desde las universidades luchamos para defender la igualdad de derechos y oportunidades, y combatir los roles y estereotipos de género, las brechas y discriminaciones que, aún hoy, persisten también en el ámbito universitario”.
Sara Gallardo Guijarro